Salud Mental y sobremedicación en España
España es el país del mundo con mayor consumo de ansiolíticos, hipnóticos y sedantes.
En muchos países occidentales, como es el caso de España, ha aumentado dramáticamente la prescripción de medicamentos para tratar los problemas de salud mental con resultados cuestionables. En países como Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Islandia y Canadá, la prescripción de antidepresivos se ha duplicado en los últimos años. Sorprendentemente, este aumento en la prescripción de medicamentos ha ido acompañado de un aumento en las declaraciones de incapacidad por problemas de salud mental. Esto es exactamente lo contrario de lo que cabría esperar si los medicamentos cumplieran los objetivos que se le suponen.
En España, el exceso en el uso de psicofármacos es igual de preocupante.
- El 45 % de los empleados públicos, 2,7 millones de personas, consumen psicofármacos (ansiolíticos, antidepresivos y somníferos, entre otros) a diario en España.[i]
- En 2021, la venta de antidepresivos y ansiolíticos creció un 6% y un 4% respectivamente.
- El último informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) mostró en 2020 que España encabezaba el consumo mundial lícito de ansiolíticos, hipnóticos y sedantes
- En 2020 aumentó un 4,5% y superó las 91 dosis diarias por cada 1.000 habitantes.
- el 27% de los conductores y el 32% de los peatones fallecidos sometidos a autopsia dieron positivo en psicofármacos[ii]
Estos datos son alarmantes y nos obligan a plantearnos preguntas sobre la eficacia y seguridad de la sobremedicación y especialmente respecto al enfoque con el que estamos abordando los problemas de salud mental.
Vivimos en un mundo donde el estrés, la ansiedad y la depresión se han convertido en problemas de salud mental cada vez más comunes. El modo de vida moderno caracterizado por mandatos de rendimiento, la búsqueda de placer, la fragilidad de los lazos comunitarios, el individualismo y la competitividad plantea exigencias difíciles de afrontar y que requieren muchas veces de ciertos apoyos. Aunque los psicofármacos pueden ser útiles en determinados casos y durante determinado tiempo hay que evitar el riesgo de caer en enfoques reduccionistas y patologizar los problemas emocionales propios de la vida.
Además de los reconocidos efectos secundarios de este tipo de psicofármacos, uno de los riesgos más significativos de la sobremedicación es que puede enmascarar los problemas subyacentes. En lugar de abordar las causas de la ansiedad o la depresión, los medicamentos simplemente alivian los síntomas de manera temporal. Esto puede llevar a una falsa sensación de seguridad, ya que las personas creen que están «curadas» cuando en realidad siguen enfrentando problemas no resueltos.
Es fundamental promover una conversación abierta sobre la salud mental y concienciar a la sociedad sobre las opciones de tratamiento disponibles. En este sentido, la psicoterapia puede ofrecer un enfoque más completo y sostenible para la recuperación de la mayoría de los problemas de salud mental, permitiendo a los individuos recuperar el control de sus vidas y desarrollar habilidades para afrontar los desafíos a largo plazo.
La psicoterapia ha demostrado ser tan o más eficaz que la medicación para la mayoría de los trastornos mentales. Además, tiene ventajas en la duración postratamiento y el ahorro de efectos tóxicos. No hay trastornos que no tengan tratamientos psicológicos eficaces y eficientes.[iii]
La psicoterapia ofrece una alternativa segura y efectiva a la sobremedicación. En lugar de simplemente tratar los síntomas con medicamentos, la psicoterapia se centra en tratar las causas subyacentes del trastorno. Esto puede llevar a resultados más duraderos y a una mejor calidad de vida para el paciente.
En conclusión, aunque los medicamentos pueden ser una herramienta adecuada en el tratamiento de algunos trastornos mentales, no deben ser la única opción como sucede actualmente. La terapia psicológica ofrece una alternativa segura y efectiva que puede llevar a resultados más duraderos y menos efectos secundarios. Es hora de que reconsideremos nuestra dependencia de los medicamentos y demos a la psicoterapia el reconocimiento que, de acuerdo a las investigaciones, se merece.
[i] “Encuesta sobre la salud mental en el ámbito laboral” Central Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF).
[ii] Datos de 2019 del Instituto Nacional de Toxicología
[iii] Manual de Tratamientos Psicológicos: Adultos, de Eduardo Fonseca Pedrero (Coord.), Editorial Pirámide, año 2021.