Productividad Tóxica: El Impacto en la Salud Mental

La cultura actual de maximización del rendimiento y productividad ha invadido no solo el ámbito laboral, sino toda la vida personal, generando altos niveles de ansiedad y malestar emocional. Esta presión constante provoca síntomas físicos y psicológicos, como tensión, insomnio y sobrepensamiento, además de un sentimiento crónico de insuficiencia alimentado por las redes sociales y modelos de éxito idealizados. La autoexigencia lleva a conductas como el perfeccionismo y la sobrecarga de trabajo, que terminan en agotamiento o incluso crisis emocionales. La solución requiere estrategias tanto individuales como sistémicas, incluyendo un trabajo terapéutico profundo que cuestione creencias autoimpuestas y permita desarrollar una relación más saludable con el rendimiento, alejándose de discursos simplistas de la psicología positiva que pueden reforzar la culpa y la exigencia.

 ¿Qué hay detrás del Síndrome del Impostor?

El denominado síndrome del impostor es una experiencia psicológica en la cual las personas dudan de sus logros o capacidades y tienen un miedo persistente de ser descubiertas como «fraudes».

Resulta una experiencia extraña porque, aun cuando haya evidencias claras de su competencia, quienes lo experimentan permanecen convencidos de que no merecen el éxito o reconocimiento que han alcanzado. La situación puede asociarse a sentimiento de ansiedad, bajo estado de ánimo y malestar psicológico general y puede resultar limitante para una vida plena.