El sentimiento de culpa en la época actual
Cuando realizamos un tratamiento psicológico es muy común encontrarnos en las personas que atendemos un fuerte sentimiento de culpa. Son normalmente las personas que acuden a terapia las que se preguntan por lo que no están haciendo bien, se preguntan si lo que falla en sus relaciones son ellos mismos o se sienten culpables por no poder más con las presiones de la vida. Muchas veces es este sentimiento las que les lleva a buscar un psicólogo.
El psiquiatra Carlos Castilla del Pino expone: “El origen de la culpa es social, aunque la experiencia de la culpa sea personal. La inducción de la presunta culpa la verifica la sociedad como una forma de praxis de grupo”.[i] Al ser social, depende de la cultura en la que vivimos cómo se implementa y cómo se experimenta en la persona. Según este psiquiatra, la experiencia de la culpa es personal, pero hay culturas donde la culpa es heredada, transferible a otro familiar, es grupal o no se puede experimentar. Pero en la sociedad occidental en la que vivimos la culpa es individual e intransferible. No es extraño encontrarnos con una gran cantidad de personas que acuden atormentados por un “sobrepensamiento”, angustiados o fuertemente entristecidos y con un fuerte sentimiento de culpa.
El sentimiento de culpa en nuestra cultura actual
Si el sentimiento de culpa es cultural, ¿Qué lugar ocupa la culpa en la actualidad? En la época actual, las personas se ven sometidas a una fuerte presión camuflada de libertad. Se nos dice que podemos lograr todo lo que nos proponemos, que todo depende de nuestro esfuerzo y de nuestras capacidades. Nos somete a la competencia, al mercado, a producir más, a tener más y más dinero o éxito. Voy a tomar el argumento del filósofo Byung Chul Han en su libro “Psicopolítica” para ahondar en el sentimiento de culpa en la actualidad. Según este autor “Vivimos una fase histórica especial en la que la libertad misma da lugar a coacciones. La libertad del poder hacer genera incluso más coacciones que el disciplinario deber. El deber tiene un límite. El poder hacer, por el contrario, no tiene ninguno. Es por ello por lo que la coacción que proviene del poder hacer es ilimitada. Nos encontramos, por tanto, en una situación paradójica. La libertad es la contrafigura de la coacción. La libertad, que ha de ser lo contrario de la coacción, genera coacciones. Enfermedades como la depresión y el síndrome de burnout son la expresión de una crisis profunda de la libertad. Son un signo patológico de que hoy la libertad se convierte, por diferentes vías, en coacción.”[ii]
¿De qué manera la libertad se convierte en coacción según este autor? En el rendimiento por ejemplo, ya no es necesario tener un amo que nos esclavice para ponernos a trabajar hasta el agotamiento, nosotros mismos nos sometemos a trabajar incansablemente. Somos empresarios de nosotros mismos, el yo se constituye como un proyecto: ser la mejor versión de sí mismo, sacarle brillo a nuestras habilidades, optimizarse, saber venderse, etc. El autor sigue: “Hoy cada uno es un trabajador que se explota a sí mismo en su propia empresa (el yo como proyecto empresarial). Cada uno es amo y esclavo en una persona. También la lucha de clases se transforma en una lucha interna consigo mismo.”[iii]
Anteriormente se tenía la religión como una de las fuentes de instalación de la culpa en las personas. Bajo la ley de Dios se debía obedecer a sus postulados, mandamientos e imposiciones. Pero hasta esa culpa se encontraba acotada a cierta acción o mandato, se podía solicitar el perdón y la expiación de la culpa a partir de ciertos rituales. Este filósofo escribe: “Walter Benjamin concibe el capitalismo como una religión. Es el «primer caso de un culto que no es expiatorio sino culpabilizador». Porque no es posible liquidar las deudas, se perpetua el estado de falta de libertad: «Una terrible conciencia de culpa que no sabe cómo expiarse, recurre al culto no para expiar la culpa sino para hacerla universal”.[iv] Ya lo decía el psicoanalista francés, Lacan, “Una de las cosas más extrañas que pueda haber, y nos la ha tenido que anunciar el análisis, es que no hay ninguna necesidad de una referencia cualquiera, ni a Dios ni a su ley, para que el hombre nade literalmente en la culpa. La experiencia nos lo enseña. Incluso parece que se pueda formular la expresión contraria, a saber, que si Dios está muerto, ya nada está permitido.”[v]
Las personas en el sistema neoliberal actual no tienen más que responsabilizarse a sí mismos de su situación, no ponen en duda al sistema, no puede unirse con otros en la lucha en contra de lo que no va bien en el sistema sino que cada uno se queda con su batalla interna, avergonzados. La persona como empresario de sí mismo crea lazos con los otros basados en sus intereses, el individualismo exacerbado lo va dejando solo y con un fuerte sentimiento de culpa por no poder llegar a completar nunca ese proyecto de sí mismo que siempre es inacabable.
¿Cómo lidiar con la culpa que genera el sistema neoliberal actual? Hay un proceso de deconstrucción en la psicoterapia de todo aquello que nos oprime actualmente, esos mandatos los tenemos interiorizados y muchas veces no sabemos de qué manera se encuentran operando en uno mismo. El poder conocer cómo operan estos mandatos en la lógica de cada uno ayuda a tomar distancia de ellos, la producción inalcanzable, la auto-esclavitud o la auto-explotación, para encontrar un lugar menos exigente, limitar esa demanda de productividad excesiva o de optimización permanente. Encontrar el verdadero sentido de la palabra libertad, que según este filósofo, “ser libre significa estar entre amigos. «Libertad» y «amigo» tienen en el indoeuropeo la misma raíz. La libertad es, fundamentalmente, una palabra relacional. Uno se siente libre solo en una relación lograda, en una coexistencia satisfactoria. El aislamiento total al que nos conduce el régimen liberal no nos hace realmente libres.”[vi]
[i] García–Quismondo Jiménez, José Javier (2017) “La culpa en el ser humano”, Micro espacios de investigación 4: 42-67
[ii] Byung Chul Han. (2014). Psicopolítica: Neoliberalismo y nuevas técnicas de poder. Herder Editorial. Pág.7
[iii] Idem. Pág. 9.
[iv] Idem. Pág 11.
[v] Lacan, J. (1999). Seminario 5: Las formaciones del inconsciente, 1957-1958. Ediciones Paidós. Pág. 506
[vi] Byung Chul Han. (2014). Psicopolítica: Neoliberalismo y nuevas técnicas de poder. Herder Editorial. Pág.8.